martes, 3 de septiembre de 2013

El hombre de los caballitos

Cuando era pequeño una idea me rondaba por la cabeza, muchas noches conciliaba el sueño con la convicción de que estaba  predestinado para lograr algo importante, de que había venido a este mundo a triunfar.
Tampoco era tan maduro, ni tan listo, como para dibujar una imagen concreta de dónde iban a ir encaminados mis pasos. Sólo era una intuición, un confianza infantil, el pálpito de que sería capaz de hacer algo grande en la vida, algo que levantara la admiración, el reconocimiento de mis padres, de mis amigos, de la gente.


Leerlo completo

No hay comentarios: